Las mascarillas siempre han sido elementos básicos de la protección individual en hospitales, centros de salud y residencias de mayores. Hoy, su uso se ha extendido y toda la población debe utilizarla en determinadas circunstancias. Esta repentina necesidad genera la necesidad de conocer cómo utilizarla correctamente. Explicaremos cómo guardar las mascarillas al ponerlas y quitarlas en diferentes espacios.

Guardar las mascarillas al ponerlas y quitarlas

Antes de explicar cómo guardar las mascarillas al ponerlas y quitarlas en diferentes espacios, es importante saber cómo realizar correctamente esta acción. Una incorrecta manipulación de la mascarilla desencadenará contaminación microbiana.

Las mascarillas son de un solo uso, salvo aquellas en las que se especifica que son reutilizables. Sin embargo, si a pesar de ser desechable tan solo se han puesto por un poco de tiempo, es posible que se decida darle un segundo uso.

Es importante recordar que, si se va a utilizar de nuevo, debe estar en perfectas condiciones. No sería segura si está mojada, si se ha caído al suelo, si presenta algún desperfecto o si se ha apoyado directamente en una superficie.

Aclarados estos puntos, te damos algunas recomendaciones para poner y quitar la mascarilla con seguridad.

Evitar el contacto con las manos

Lo primero que hay que evitar es el contacto con las manos, tanto al cubrirse la cara como al descubrirla. Para ello, lava o desinfecta primero las manos y después coloca o retira la mascarilla por las gomas.

No te bajes la mascarilla por debajo de la nariz

En el momento que te bajas la mascarilla por debajo de la nariz, habrás perdido toda la protección que la mascarilla te puede dar. En primer lugar, porque tener solo la boca tapada no preserva de contagiar o ser contagiado. Pero no solo eso. Los patógenos pueden estar en la superficie y, si la bajas, estarás inspirándolos directamente. Además, habrás impregnado tus dedos en estos microorganismos al tirar de ella.

Reservarla adecuadamente

Una vez retirada por las gomas, la mascarilla que se va a seguir utilizando debe guardarse doblada por la mitad, de manera que la cara interna quede protegida y la exterior hacia afuera.

No se deben apoyar sobre ninguna superficie, donde se podrían recoger o dejar patógenos infecciosos. Más bien, hay que guardarla por las gomas en un sobre de papel, nunca en una bolsa o recipiente de plástico. Ahí, los patógenos encuentran el calor y la humedad que necesitan para prosperar.

Tampoco se deben colgar, especialmente si se quitan en un coche o un entorno cerrado. Esta sería una de las maneras de favorecer la propagación del agente contagioso.

Ajustarla correctamente

Antes de ponerse la mascarilla hay que lavarse las manos y a continuación ajustar el puente y la barbilla, de manera que no queden huecos. Esta maniobra debe hacerse manteniendo el menor contacto posible con la superficie. Después, en caso de estar reutilizándola, hay que lavarse o desinfectarse nuevamente las manos.

Respetar los tiempos

Nunca se debe exceder el tiempo máximo de vida útil. Dependiendo de diversos factores, el tiempo máximo de uso varía entre las 4 y las 8 horas en total.

Tras estas explicaciones sobre cómo guardar las mascarillas al ponerlas y quitarlas en diferentes espacios de forma segura, queremos recordar que las mascarillas TrioMed resisten las salpicaduras y desactivan los virus y bacterias.

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