Los casos de contagio por la viruela del mono aumentan cada semana. Hace unos días la OMS confirmaba 2.103 casos de viruela del mono en el mundo y un fallecimiento. En España hay más de 600 casos, de los cuales más de 440 se han registrado en la Comunidad de Madrid. Además, se está informando su aparición en otras zonas que hasta ahora estaban libres, como Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana. ¿Hay que preocuparse? ¿Se convertirá la enfermedad en una nueva pandemia?

¿Se convertirá en una pandemia la viruela del mono?

Las alarmas por la viruela del mono han saltado al conocerse que ha surgido en diferentes lugares del mundo al mismo tiempo. Este virus endémico de África central y occidental es transmitido entre animales. Se cree que los portadores son los roedores, que se lo pasan a los monos y estos a las personas. No es algo raro que algún turista o viajero contraiga la enfermedad, pero sí es extraño y preocupante que se contabilicen los casos en varios países a la vez.

La buena noticia es que el virus de la viruela no se transmite fácilmente por el aire. Si bien es cierto que existe un riesgo de contraerlo por medio de los aerosoles emitidos por una persona contagiada, no es común. Hace falta que exista un contacto estrecho y un intercambio de secreciones. Esto limita mucho un contagio descontrolado como el que ocurrió en la pandemia del COVID-19.

Otro factor que resulta favorable es que la posibilidad más alta de contagio ocurre cuando ya han aparecido los síntomas y las primeras pústulas. Es fácil saber que uno está infectado y tomar medidas preventivas para no transmitir el virus.

Síntomas y prevención de la viruela del mono

Los primeros síntomas que sentirá una persona que se ha contagiado del virus de la viruela del mono incluyen fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, ganglios inflamados, picazón y sensación de agotamiento. Hay que decir que no tienen por qué darse todos. Entre el día 1 y el 5 después de haber tenido temperatura más elevada de lo normal, aparecen erupciones en la piel. El tiempo podría ser más extenso en algunos casos y llegar a los 21 días. Estas irritaciones terminan por convertirse en las vesículas características de la enfermedad.

La prevención de la viruela del mono pasa por no tener contacto con aquellas personas que han mostrado síntomas. En el caso de los sanitarios, han de ser especialmente cuidadosos con las medidas higiénicas, utilizar gel hidroalcohólico, lavarse las manos con agua y jabón o emplear mascarillas antimicrobianas. Cualquier sospecha ha de ser tratada con cautela y ser tratada solo por personal autorizado. El paciente será aislado y observado ante la menor duda.

Aquellos que viajen a África estarán especialmente expuestos. La vacunación de la viruela parece ser eficaz, pero deben tomarse otras medidas adicionales. Por ejemplo, evitar alimentos procedentes de la caza y no tocar animales vivos o muertos.  

Si aparece, lo habitual es que los síntomas sean leves y que desaparezcan por sí solos en un periodo de 2 o 4 semanas. Tan solo en unos pocos casos resulta extremadamente grave o mortal, aunque sí son frecuentes ciertas complicaciones y un gran malestar para el afectado.

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