Es común referirse a una infección cuando uno enferma, pero no es habitual que se especifique si lo que la provoca es un virus, una bacteria o cualquier otro tipo de patógeno. En Triomed queremos mostrarte cómo funcionan los virus, uno de los agentes infecciosos que te hemos mencionado, que son 100 veces más pequeños que las células y que solo pueden verse a través de potentes microscopios.
Todo lo que hay que saber sobre cómo funcionan los virus
Lo primero que hay que saber para entender cómo funcionan los virus es que la palabra «virus» proviene del latín y se traduce como «toxina» o «veneno». Sin embargo, hay que recalcar que no todos tienen efectos devastadores, como el que ha causado la pandemia del coronavirus. Es más, existe un tipo, el de los bacteriófagos (fagos), que se utilizan en el tratamiento de algunas enfermedades causadas por bacterias resistentes.
Estos microorganismos diminutos, los virus, pueden considerarse vivos o no, dependiendo de quien se refiera a ellos. La duda se plantea porque mientras no entran en contacto con una célula se mantienen inactivos. Sin embargo, una vez que la han invadido, la modifican y la utilizan para reproducirse, una característica única de los seres vivos. Por eso, hay expertos que consideran que sí están vivos, mientras que otros afirman que la que está viva es la célula infectada y no el huésped.
Los diferentes tipos de virus
No todos los virus son iguales y tampoco se tratan de la misma manera. Dependiendo del tipo, afectan a un tipo de células o a otras, pero no a todas por igual. Esa es la razón por la que cada uno tiene diferentes síntomas y causa distintas enfermedades. Algunos atacan a las células nerviosas, al sistema respiratorio, al aparato digestivo…
La estructura de los virus y cómo se combaten
El virus está formado por un núcleo de genoma en el que se encuentra almacenada toda la información, como la forma, el tipo o el funcionamiento tras infectar al hospedador. Por otro lado, contiene un envoltorio proteico que se llama cápside. A diferencia de la forma más simple de vida, la célula, estos no contienen citoplasma o ribosomas, por lo que no pueden multiplicarse por sí solos.
El contagio de los virus no tiene un patrón definido para todos por igual. Algunos no contaminan por la saliva o por el sudor, pero sí lo hacen por la sangre o por los fluidos corporales de la zona genital. Asimismo, puede que se transmitan entre seres vivos de diferentes especies o no.
Para combatir los virus no deben utilizarse antibióticos. Estos medicamentos utilizados para las bacterias resultan poco o nada efectivos en las infecciones víricas. Solo el sistema inmunitario puede combatirlos, por lo que la generación de anticuerpos específicos es vital.
Los anticuerpos específicos pueden generarse de diferentes maneras. Una de ellas es adquiriéndolos directamente de la madre durante la lactancia. Otra podría ser el tratamiento de los síntomas hasta que el cuerpo identifique la amenaza y genere defensas. Por último, sería posible la inoculación del virus junto a los anticuerpos por medio de una vacuna.
Ahora que sabes cómo funcionan los virus, queremos recordarte que la mejor manera de combatirlos es por medio de la prevención. Por ejemplo, en Triomed tenemos mascarillas antimicrobianas, capaces de evitar la entrada de patógenos por las vías respiratorias y de destruir los que pudiesen caer en su superficie. En nuestra web tienes más información sobre su funcionamiento.