Te vamos a contar una historia. Nos situamos en Pensilvania, en el año 1996. Ahí vivía Doug Olson que era un estadounidense de 49 años, casado y con cuatro hijos. Un día recibe la noticia de que padece una leucemia linfática crónica, un cáncer que afecta a la sangre. Todo va despacio, hasta que en 2001, empieza a avanzar rápidamente y tiene que someterse a la quimioterapia para intentar detener el progreso. En ese momento, le gana otros 5 años a la vida y se sitúa en 2006. El nuevo tratamiento le lleva a 2009. Para entonces, la enfermedad se convierte en un duro enemigo. ¿Quieres seguir conociendo la historia? Presta atención a las siguientes líneas y descubrirás CAR-T, una terapia que parece sacada de una película de ciencia ficción.
¿Cómo llegó Doug Olson a la terapia CAR-T?
Volvemos al año 2009, a Doug se le terminan las posibilidades, ya que necesita un trasplante de médula y no aparece el donante. Ante lo desesperado de la situación, se le ofrece ser parte de un tratamiento experimental. Hay un dato que aún no conoces y es que el paciente también es médico. Por eso, tuvo una sólida intuición de que podría ser la alternativa que estaba buscando.
¿En qué consiste la terapia contra el cáncer CAR-T?
Este tratamiento está basado en la inmunoterapia para luchar contra el cáncer. Consigue vencer una de sus características más destacadas: es capaz de lograr que las células del sistema inmunológico lo vean como una amenaza y luchen contra él.
¿Cómo se realiza el tratamiento para luchar contra el cáncer CAR-T?
La terapia CAR-T también se llama de las células T con receptores quiméricos para antígenos. Consiste en extraer la sangre del propio paciente y hacer una selección de los linfocitos T, encargados de buena parte de la inmunidad del organismo y que son una clase de glóbulos blancos. Después, se cambian en el laboratorio y se transforman para que así puedan primero reconocer y luego luchar contra las células cancerígenas.
¿Cómo termina la historia de Doug Olson y las células CAR-T?
Durante las primeras dos semanas de tratamiento, no ocurrió nada. Sin embargo, pasado ese tiempo, Doug empezó a sentirse como si tuviera una gripe muy fuerte. Todo el equipo médico y el propio paciente tuvieron claro que era una buena señal.
Poco a poco, la leucemia fue desapareciendo y en la actualidad, más de 10 años después, el cáncer de Doug continúa en remisión. ¿Milagro? ¿Ciencia ficción? No, solo ciencia.
De hecho, los resultados que estamos comentando dejan claro que la terapia CAR-T puede curar la leucemia. En el caso de Doug es así. Como es lógico, la técnica se ha utilizado con otros pacientes y su sistema inmunológico sigue aniquilando las células cancerígenas.
Además, esta técnica se ha aplicado a pacientes con otros tipos de cánceres y también se han observado buenos resultados. ¿Será la terapia CAR-T una de las claves para curar esta terrible enfermedad? Solo el tiempo tendrá la respuesta.
Decade-long leukaemia remissions with persistence of CD4+ CAR T cells