A finales de marzo de 2022 algunas ciudades de España amanecieron cubiertas por una capa roja de polvo subsahariano. Este fenómeno poco común en el interior de la península, por lo menos a los niveles que se ha visto, no solo representa un hecho curioso, también trae consigo algunas consecuencias. Por ejemplo, empeora la calidad del aire y trae consigo millones de microorganismos que pueden poner en riesgo el medioambiente y nuestra salud. Te hablaremos de esta migración microbiana y de sus peligros.

¿Cómo se produce la migración microbiana?

Desde hace unos años se sabe que todos los días se produce una migración microbiana procedente del Sáhara y el Sahel que deposita millones de microorganismos en España, especialmente en las Islas Canarias y el sur de la península ibérica. La Universidad de Granada analizó este hecho y llegó a la conclusión de que el polvo en suspensión procedente de estas partes del mundo les sirve de vehículo.

A medida que el cambio climático se incrementa, más y más toneladas de polvo del Sahara se esparcen por la atmósfera, abarcando una mayor amplitud. Al caer sobre zonas de montaña, lagos o ríos, esta arena fina, rica en bacterias, hongos microscópicos y virus, dejan un peligroso caldo de cultivo que puede modificar los ecosistemas y traer enfermedades que alteran la fauna y la flora. Pero, aunque menos frecuente, también supone un riesgo directo para los humanos, especialmente para los que tienen sensibilidad a ciertos patógenos o son más vulnerables.

¿Cómo sobreviven los microorganismos a la migración microbiana?

Estos invasores voladores de los que te hablamos poseen unas características especiales. Solo sobreviven aquellos que pueden soportar la altitud extrema, que pueden vivir en sequedad extrema y que no son fotosensibles. ¿Cómo lo hacen?

Para soportar el viaje, algunos se ocultan en el interior de esporas. Otros, aumentan una secreción de pigmentos que les sirven de protección y facilitan que su adhesión a las micropartículas de arena que los portan. Una vez han llegado a su destino, investigadores de la Universidad de Boston y del Instituto Médico Howard Hughes, cuentan que algunos, como las bacterias, se solidarizan. Las más fuertes comparten un compuesto, indol, que permite que las más débiles también puedan sobrevivir.

La capacidad para sobrevivir y hacerse más fuertes de algunos microorganismos, como las bacterias que ya se han mencionado, supone dos riesgos. Uno es la posibilidad de que proliferen en un entorno diferente a aquel del que provienen y otro es la resistencia que generan ante los antibióticos. Si ambos factores se suman, pueden hacer daño a seres vivos que carecen de protección natural ante estos o sobrevivir al efecto de los medicamentos.

Ahora que se conocen los riesgos de la migración microbiana por el aire cargado de partículas en suspensión proveniente de zonas desérticas, es más importante que nunca el uso de antimicrobianos. Elementos de protección como las mascarillas quirúrgicas de Triomed, con una solución que destruye a los patógenos entre sus componentes, es perfecta para los días y las situaciones de riesgo, como en las olas de calor subsaharianas, cuando hay calima o en las estaciones más secas y ventosas.